domingo, 17 de enero de 2016

Breve análisis de "El beso de la mujer araña".


EL BESO DE LA MUJER ARAÑA 


(Por Miguel Ángel Pérez)




Esta es una de esas novelas con la capacidad de hacer perder la noción del tiempo al lector. Una novela que puede consumirnos en los cuatro muros y la oscuridad en la que viven los personajes y al tiempo extrapolar la sensación de encierro viajando por los vericuetos de las historias que allí narra uno de los personajes que pretende, con ello, escapar de su realidad y conciliar el sueño.

En total son ocho películas narradas, pero dos de ellas son monólogos interiores; uno narrado en la mente del personaje por la imposibilidad de hablar con su compañero, y el otro, casi al final, que puede entenderse como un delirio de un ser moribundo. Algunas de esas películas son reales y otras son parte de la fantasía del autor y un mosaico de varios textos cinematográficos de tipo B. Una estrategia fabulosa que el autor utiliza para dejar relucir su vasto conocimiento de este arte, que su madre le inculcó desde pequeño.

En la historia hay un tipo de narración que subyace a la narración principal y son notas al pie de página con teorías psicoanalíticas que pretenden explicar el origen y el sentido de la homosexualidad. Evidentemente no es por azar, uno de los personajes, quien revive las películas, es homosexual. Es este personaje, que pese a su preferencia sexual, transfigura la femineidad en la obra. Es quien elige las historias, todas ellas con un matiz romántico y una visión femenina del amor. Un personaje no muy instruido pero con un gran conocimiento de la cultura popular y una delicadeza para la descripción que hacen olvidar que quien narra las historias en un hombre.

Por otro lado su compañero de celda, un preso político muy bien ubicado en el rol porque sin él sería muy difícil el intercambio de este tipo entre un homosexual y un preso de otra clase, es quien personifica el ideal de hombre, del macho que soporta la tortura sin revelar el nombre de sus camaradas y el hombre comprensivo que, si bien en un inicio muestra un carácter sarcástico y hermético de poco a poco va ablandando sus sentimientos, para recrear un ambiente de compañerismo insólito en la celda, incluso como una vida de pareja.

Las narraciones de las películas siempre quedan en suspenso, cuando los personajes están demasiado cansados para continuar, lo cual hace que el lector quede con deseos de saber lo que ocurre. A ello se mezclan los apartes cuando deciden hacerse confesiones espontáneas de sus vidas, que recrea una atmósfera romántica alimentada por la complicidad de la noche. Pues muy pocas veces el diálogo ocurre en el día, e incluso cabe adjuntar que sus diálogos ocurren aveces en total oscuridad, sin la luz de una bujía que los acompañe.

Es probable, entonces, que estos elementos escenifiquen el ambiente propicio para el amor y para el encuentro sexual que ocurre en dos ocasiones entre los personajes. No obstante, a plena luz del día, los personajes no sienten arrepentimiento alguno, incluso se besan... algo que no había ocurrido en sus encuentros nocturnos.

El beso de la mujer araña es una novela que no puede quedar fuera de la lista de libros por leer, si lo que el lector busca es encontrarse con un mundo en que los ideales y las pasiones son más fuertes que la tiranía o las adversidades. Un mundo en el que siempre hay una esperanza para encontrarse con el amor verdadero o para comunicarse con el mundo externo, así sea desde una cloaca mal oliente que impide a través de un mecanismo violento todo acercamiento a un ápice de felicidad.

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