LA APREHENSION DEL VUDÚ EN TI NOEL
Introducción
Pocos
son los autores que pueden sustraer un buen relato en pocas páginas. Y en la
lectura de El reino de este mundo se
descubren acontecimientos cargados de elementos históricos, de elementos religiosos
y de elementos ficticios, que se juntan y forman una magistral novela corta en
la que un esclavo, testigo de la opresión monárquica y después republicana de
su raza, descubre el velo místico que envuelve a la obra al acercarse, y a su
vez acercar al lector, a un mundo mágico donde el prodigio juega un rol
importante por cuanto le permite al esclavo descubrir su identidad.
Este
trabajo habla de la aprehensión del vudú en Ti Noel. La aprehensión entendida
como la asimilación y comprensión del ritual vudú. Pero no se trata sólo de
mostrar cómo un esclavo aprende el dominio de las artes mágicas, sino lo que
implica aprehender el oficio de ser un mandinga en un mundo extraño en que el
esclavismo no sólo intenta oprimir el cuerpo sino el espíritu del negro. Y para
entender esto hay que comenzar con la configuración del personaje. No sería
posible entender la aprehensión del ritual vudú si no se conoce la condición y
los motivos que inducen al personaje a asirse a este modo de vida. Además
porque, como un ladrillo que se pone sobre otro, es posible llevar una
linealidad en la que las ideas van construyendo la base del argumento final. Es
importante destacar que la rica fuente de recursos bibliográficos permite que
se puedan ensamblar las distintas ideas de los diferentes autores en párrafos
casi completos, sin que se vea disminuida la voz del escritor de este ensayo
que la retoma en la conclusión final.
Ti Noel en El
reino de este mundo
El reino de este mundo
es una novela que evoluciona sobre un trasfondo histórico: la revolución
haitiana. Su autor, el cubano, Alejo Carpentier, se sirve de un personaje
ficticio, Ti Noel, para contar la historia donde el prodigio es una pieza de
suma importancia en el arte narrativo que propone el escritor: el Barroco. La
obra es realmente breve, no obstante su contenido es extenso y no sólo
transporta al lector a los acontecimientos históricos, sino también le muestra
la perspectiva del esclavo indómito, que se expresa con Ti Noel:
En las novelas de
Carpentier, el sector del mundo que se rechaza es explicitado no por boca de un
narrador autorial y omnisciente, que juzga los hechos distanciado de ellos,
sino por boca de un personaje que está plenamente inmerso en los acontecimientos
(subercaseaux, 1977, p.324).
Este
personaje presenta todo un universo maravilloso colmado de tiranos, rituales
vudú, brujos, esclavos y revueltas. Un mundo, que no por el hecho de estar
enmarcado en la literatura deja de ser real, con personajes reales como Henri
Christophe, Paulina Bonaparte, el general Leclerc, Mackandal y Bouckman.
Figuras que se descubren por medio del esclavo, cuya vida trascurre a lo largo
de toda la novela. “Ti Noel se nos ofrece como la figura que da unidad a la
obra, tanto en el sentido espacial como temporal” (Arango, 1981, p.86).
Empero,
este negro, siervo de Lenomand de Mezy no solo presenta, en la obra, un
universo de acciones acaecidas en los siglos XVlll y XlX en Haití, sino que
rechaza por completo a los tiranos que aparecen en ella. Y es con él que se
inicia el argumento social: “es virtud de este personaje central que se percibe
un contraste lógico: los esclavos contra las esclavistas” (Arango, 1981, p.
87). Sirva de ejemplo el hecho de que, al inicio de texto, el negro desea la
muerte de su amo: “Ti Noel se divertía pensando que, al lado de las cabezas
descoloridas de los terneros, se servían cabezas de blancos señores en el
mantel de la misma mesa” (Carpentier, 1978, p 61).
“Ti
Noel en su relato se apoya en lo real maravilloso de la América a fin de
señalar el aspecto social e histórico que se daba en un momento de la historia
haitiana” (Arango, 1981, p. 89). Es él “el elemento de ficción con el cual
Carpentier señala el proceso histórico de Haití hasta transformar la historia
en un proceso real maravilloso” (Arango, 1981, p. 90).
Lo real
maravilloso en la obra de Alejo Carpentier
Antes
de hablar de lo real maravilloso es
importante resaltar que el autor escribe conforme una tendencia barroca. “En su
ensayística, postula el barroco como legitima forma expresiva del mundo
americano” (Figueroa, 2008, p. 119). Además el novelista cubano “no solo se limitó
a formular teóricamente los principios del barroco como fenómeno estético-cultural
y como rasgo especifico y distintivo del arte y la literatura
hispanoamericanos, sino que elaboro su obra de acuerdo con dichos criterios” (Figueroa,
2008, p. 119).
En
suma, para Alejo carpentier, escribir barrocamente es hablar de la entraña
misma de Latinoamérica; definición que conduce a lo real maravilloso: “el prodigio, la maravilla o la dimensión mágica ubicados
en la realidad circundante y que el hombre puede percibir; lo importante es
disponerse con todos los sentidos para captarlo y expresarlo luego estéticamente”
(Figueroa, 2008, p. 120). Así, por ejemplo, a través de Ti Noel el autor narra
que:
Cierta vez, la
Maman, Loi enmudeció de extraña manera cuando se iba llegando a lo mejor de un
relato. Respondiendo a una orden misteriosa, corrió a la cocina, hundiendo los
brazos en una olla llena de aceite hirviente. Ti Noel observo que su cara
reflejaba una tersa indiferencia, y, lo que era más raro, que sus brazos, al
ser sacados del aceite, no tenían ni huellas de quemaduras, a pesar del
horroroso sonido de fritura que se había escuchado un poco antes (Carpentier,
197, p. 69-70).
En el prólogo de El renio de este mundo, Alejo Carpentier, relata lo maravilloso del
mundo americano después de su viaje a Haití: “Pisaba yo una tierra donde
millares de hombres ansiosos de libertad creyeron en los poderes licantrópicos
de Mackandal, al punto de que esa fe colectiva produjera un milagro el día de
su ejecución” (Carpentier, 1978, p. 54). Y este suceso lo relata el autor
magistralmente cuando logra, en su relato, poner la visión desde la perspectiva
de la multitud de negros que ven al mandinga escapar en forma de mosco, y desde
la visión del blanco espectador que lo ve consumirse en la hoguera. Y este
prodigio, para el negro, constituye una poderosa fuerza que lo exhorta a la
búsqueda de su libertad. Sin embargo,
hay que añadir que, para el autor, la presencia de lo maravilloso no es
solamente un privilegio de Haití, sino patrimonio de toda América, y finaliza
su prólogo diciendo: “¿Pero que es la historia de América toda sino una crónica
de lo real-maravilloso?” (Carpentier, 1978, p. 57).
Con
lo anterior se ha definido a grandes rasgos el concepto de lo real maravilloso,
condición indispensable de la obra carpenteriana que, de alguna manera, no
podría interpretarse sino es a través del neo-barroco: esa fuerza por sacar a
la luz y reivindicar el ideal del hombre americano. Así, de este modo, comienza
a delinearse la temática del presente trabajo que tiene por objeto mostrar la
relación que hay entre “aprehender la esencia de lo americano”[2],
con el hecho de que Ti Noel, en la obra de El
reino de este mundo, se digne recoger un conjunto de saberes ancestrales,
con el objeto de conseguir la tan anhelada libertad, como dice Subercaseux
(1977):
La práctica
religiosa, los tambores, la licantropía, las semillas machacadas y los hongos
venenosos; toda esta realidad mágica espiritual es valorada positivamente por
Ti Noel en tanto desajenante, en tanto conlleva una función liberadora (p.
329).
¿Y
qué saber ancestral puede tomar este personaje en un mundo donde predomina el
caos y una religión avasalladora intenta no solo tener control sobre su cuerpo,
sino también sobre su “alma”?[3] Ya
nos cuenta Carpentier (1983): “los esclavos tenían, pues, una religión secreta
que los alentaba y solidarizaba con sus rebeldías” (100). Y este saber, que
devino en religión, es el vaudou.[4] Y
en su práctica es posible observar todo un argumento por la libertad: primero
en la licantropía de Mackandal y luego en la práctica de este método por Ti
Noel. También en el cimarronaje, como primer modo de escape a la opresión; en el
boicoteo; en el dominio de la natura, y en la licantropía, como escape del
cuerpo… todo en su conjunto conforma una noción de libertad: Y al respecto
habla Subercaseaux (1977): “cada vez que los esclavos se sublevan y logran
destruir momentáneamente a los colonos lo logran gracias al ritual vudú” (p.
329).
“El
vaudou, sistema de prácticas rituales
de origen afro-espiritual, se convierte en una ideología del negro, un instrumento,
un elemento para la lucha social” (Arango, 1981, p. 90). “De este modo lo real maravilloso
sirve como prisma a través del cual se proyectan problemas más profundos”
(Volek, 1984, citado en Figueroa, 2008, p. 121). Entonces “África, el pasado
latente, el rito vudú y la naturaleza, no son valorados como fines en sí, sino
como medios de desajenación que funcionan cabalmente dentro del contexto novelesco”
(Subercaseaux, 1977, p. 331).
La aprehensión del vudú por los esclavos.
¿Por
qué, si el trabajo tiene por análisis la aprehensión del vudú, en Ti Noel, este
subtitulo habla de una colectividad? Pues bien. Hasta ahora se ha dicho que Ti
Noel es el protagonista de la obra que da unidad a la trama novelesca. Con él
se conocen tres periodos del domino en la isla: uno, por los colonos franceses;
el otro, por el monarca Henri Cristophe, y, el último, por los mulatos
republicanos. Estos déspotas ponen en vigencia la opresión al negro. Y el
esclavo, en un principio indignado, encuentra una escapatoria a sus miserias en
el ritual de invocación de sus dioses africanos. Por ello, aquella noche en el
Morne Rouge “Ti Noel, como los demás, juró que obedecería siempre a Boukman
(Carpentier, 1978, p.94). Pero no sólo significa obedecer a un hombre de voz
potente, sino participar del ritual vudú y obedecer los designios de los
dioses, que alientan a los cimarrones a la lucha. Sobre el episodio en el Morne
Rouge, Deive (1988), declara: “el carácter religioso del vudú nunca perdió su importancia
en la lucha de los esclavos por su independencia” (132).
Y esas ansias de libertad del negro se ven
reflejadas al principio de la obra cuando Mackandal escapa de la hacienda de
Lenormand de Mezy. Ti Noel esta acongojado por su partida: “De haberle sido
propuesta la cimarronada, hubiera aceptado con júbilo la misión de servir al Mandiga”
(Carpentier, 1978, p. 71). Sin embargo, esos deseos de emancipación no son
ajenos al resto de esclavos en Haití y en América entera. De donde se colige que
Ti Noel no es un personaje aislado: él es la metonimia de todos los negros, sus
aspiraciones son la encamación de los deseos de un pueblo sediento de libertad.
He aquí por qué Arango (1981) afirma: “Ti Noel es el símbolo de la esclavitud
del negro cuya vida corre a lo largo de toda la novela” (87). Planteada así la
cuestión, ya se entiende por qué el subtitulo habla de los esclavos en general.
Se
ha dado una primera respuesta: la aprehensión del vudú en Ti Noel es la aprehensión
del vudú por los esclavos, ávidos como él de independencia. Ahora falta
responder ¿Por qué el vudú? ¿Qué de importante tiene la práctica de este rito
en la obra? A esas preguntas Arango (1981) admite que: “es incontrovertible que
el vaudou constituye uno de los
símbolos más representativos de la novela. Es un signo ritual que lleva a los
negros hacia una ideología secreta que los estimula para luchar en contra de su
esclavitud” (p. 91). Y Hurbon
(1987) declara:
Il s’est trouvé dès le départ, dans l’histoire d’Haiti, que le vodou a été
acculé à être en position de résistance. L’interdit porté contre le vodou
pendant la période esclavagiste a poussé les esclaves à ne pouvoir trouver que
dans le vodou des occasions de rassemblement, donc des lieux, où ils pouvaient
organiser la révolte dans l’espace du secret, prévenant ainsi le risque des
délations (p.154).
Así,
pues, es el vudú el elemento primordial que permite a los negros unificarse
para combatir, primero con decenas de cimarrones y luego con la participación
de todos los negros en una lucha independentista. “Le vodou offre la possibilité permanente d’une subversion
de l’esclavagisme” (Hurbon, 1987, p. 140). Añádase también que
esas revueltas se alimentan por los ideales de la revolución francesa que los
alienta aún más en su lucha. Sin embargo, es importante resaltar en este punto
que el vudú es también una expresión religiosa, y no se pretende aquí decir que
el vudú sea una excusa del negro para su revolución.
Gracias
al vudú, y a su fuerza unificadora, los negros pudieron consumar su revolución
y ser los primeros en proclamar la abolición de la esclavitud. No obstante, el
fantasma del esclavismo los seguiría persiguiendo hasta bien entrado el siglo
XX con la tiranía de los Duvalier.[5] Por
ende, en la obra, después de que se marchan los blancos colonos, se originan
nuevas hegemonías esclavistas y así: “el anciano comenzaba a desesperarse ante
ese inacabable retoñar de cadenas, ese renacer de grillos, esa proliferación de
miserias, que los más resignados acabañan por aceptar como prueba de la
inutilidad de toda rebeldía” (Carpentier, 1978, p. 164). Allí es donde el anciano decide practicar la licantropía
para desertar del terreno de los hombres, pero pronto se da cuenta que este uso
mágico era aplicado por Mackandal no para ese propósito sino para servir a los
hombres. Y en esa medida percibe que el repudio hacia su raza es causa de su
cobardía, por ello, al final de la obra, se lanza contra los nuevos amos
pronunciando su declaración de guerra, siguiendo los pasos del manco que da su
vida pero no su espíritu.
Conclusión
Si
se observa atentamente la linealidad de este trabajo, se advertirá que todo el
ensayo se ha relacionado para hablar de la emancipación de los esclavos representada
por Ti Noel a través de la aprehensión del vudú. Por ello se habla del barroco
como pieza importante de liberación, y que se expone en el segundo apartado.[6] Ello
conduce a la idea de lo real maravilloso, y al respecto habla Arango (1981):
“en la novela se unen dos planos: el realista que quiere destacar el autor y el
mágico que se halla representado en los personajes” (p. 87). Y este plano
mágico se refiere al vudú. Por tanto, su aprehensión corresponde a un alegato
por la libertad que, a su vez, está relacionado con lo maravilloso, aquello que
compone la materia prima artística del autor. “El plano mágico constituye la
imagen revolucionaria de la psiquis del pueblo negro de la isla” (Arango, 1981,
p. 87).
En
definitiva, lo anterior lleva su poner que podría tratarse, todo en su
conjunto, de una noción de protesta en contra de cualquier absolutismo que
oprima el ser latinoamericano. Y que para reivindicarse como pueblo es
necesario que el hombre americano retome sus raíces y luche por la libertad e
independencia. Por ello, el neobarroco; por ello, la forma maravillosa; por
ello, el vudú. Justamente la aprehensión del vudú en Ti Noel no es más que la aprehensión
de la cultura propia. Ti Noel temió que de nuevo lo pusieran a trabajar, a
pesar de su edad. “Por ello, el recuerdo de Mackandal volvió a imponerse en su
memoria” (Carpentier, 1978, p. 164).
La
obra es toda una danza por la libertad. A cada paso que se da en la lectura
subsiste la idea de socavar la opresión, venga de donde venga. El prodigo representado
por el manco y por Ti Noel responde a la necesidad de retomar la realidad
americana, donde es posible encontrar el espíritu de unión con el cual se puede
hacer frente a las formas de dominio que subsisten hoy día en estas tierras
desangradas por el yugo y tiranía de unos pocos que no estando contentos con
sus posesiones pisotean los derechos de sus congéneres para su propio
bienestar.
Los
negros en Haití, representados por Ti Noel, encontraron su lugar en este mundo
al volver sobre sus saberes ancestrales para no olvidar su esencia; y es allí
donde hallan su grandeza. Podrá la más cruenta realidad oprimir sus cuerpos y
el peso de los grillos aplastar sus huesos, pero jamás dominarán sus espíritus
gracias al poder liberalizador del vudú.
Bibliografía
Ain, Mireille (2010). Le
vaudou un religion, une philosophie, une mode de vie ? Recuperado el (23 de
septiembre de 2011) Disponible en:
http://web.me.com/yagentanwe/
VODOU_HAITIEN/Le_Vodou,_philosophie,_religion,_mode_de_vie_.html
Arango,
Manuel (1981). Aspectos sociales en ocho escritores
hispánicos. Bogotá: Ediciones Tercer Mundo.
Carpentier,
Alejo (1978). El reino de este mundo.
Barcelona: Editora y Distribuidora Hispano Americana.
Deive, Carlos (1988). Vudú y magia en Santo Domingo. Santo Domingo: Fundación Cultural Dominicana.
Deive, Carlos (1988). Vudú y magia en Santo Domingo. Santo Domingo: Fundación Cultural Dominicana.
Figueroa,
Cristo Rafael (2008). Barroco y
neobarroco en la narrativa Hispanoamérica: cartografías literarias de la
segunda mitad del siglo XX. Medellín:
Editorial Universidad de Antioquia.
Hurbon, Laënnec (1987). Comprende Haïti : Essai sur l’état, la nation, la culture. Paris: Les
Éditions Karthala.
Subercaseaux,
Bernardo (1949). “Realidad rechazada”. En : Arias, Salvador (Comp.). Recopilación de textos sobre Alejo
Carpentier (p. 323-331) La Habana, Cuba: Serie Valoración Múltiple Casa de
las Américas.
[1]
Estudiante de español y literatura, Facultad de Ciencias Humanas. Universidad
Industrial de Santander.
[2]
Como dice Figueroa (2008). “Lo real-maravilloso potencia la voluntad de la
palabra para aprehender, en su completud, la realidad americana” (p. 121).
[3]
Entiéndase el término “alma” como pensamiento trascendental. En este punto se
habla de la intromisión de la religión católica en el ideario negro e indígena.
[4] “si on admet qu’une réligion puisse se
passer de dogmes, de chef qui censure ou encense, le vaudou au même titre que
le boudhisme, est une réligion » (AIN, 2010).
[5]
Véase Papa Doc.
[6] Lo
real maravilloso en la obra de Alejo
Carpentier, P. 4.
(subercaseaux, 1977, p.324).
ResponderEliminaresas citas de donde las sacas? perdona es que no entiendo muy bien eso aun
ESTE ENSAYO ES DE LA NOVELA COMPLETA?
ResponderEliminarmuy bueno este ensayo ,gracias por la ayuda
ResponderEliminarMuy bueno este ensayó
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