El lenguaje
humano según Jesús Tusón.
Por: Miguel Pérez
Este filólogo español, escribe en
su libro El lujo del lenguaje que
independientemente del número de lenguas que existan, el lenguaje es y será
solo uno.
Para demostrarlo cita a Royer Bacon
que afirma que la gramática, al estar intrínsecamente ligada a todas las
lenguas existentes, actúa como un código unificador. Lo que significa que la morfología,
la sintaxis, y la arquitectura formal, común a todas las lenguas que se hablan
en el planeta, estrecharían aún más los lazos entre ellas. Lo que para el lingüista
Humboldt- continúa Tusón- signifique que
todos los humanos poseemos la misma lengua.
No obstante, para el autor, no
bastan estas afinidades y ahonda en el acto de habla, que si bien es un hecho
singular e irrepetible, como una huella digital, donde cada voz es única; por
lo menos se comparte un código, ¿cuál? La relación de algunos rasgos del sonido
asociados a un sentido. En cada acto de habla la voz transmite informaciones,
lo que Karl Bühler y Jakobson denominaron “la función expresiva” donde se
conocen facetas de nuestra persona como el sexo, la edad, las raíces
dialectales o estado de ánimo; sin embargo, la característica distintiva del
lenguaje no son estos aspectos individuales del habla, sino el lenguaje en
términos de cohesión social. Es por medio de este que asimilamos la cultura de
nuestra comunidad.
Y prosigue el tema al exaltar al
lenguaje como el sistema simbólico más elaborado que lo hace el instrumento de
mayor eficiencia para la comunicación, que nos permite comprender lo que somos
y lo que nos rodea. Por esta misma senda, añade también la enorme facultad que
tiene el lenguaje porque no impide al humano a aprender cualquier lengua que
desee, gracias a los elementos comunes que posee cada una de ellas. Lo cual nos
hace acceder a sus estructuras afectivas con gran facilidad.
Así pues el autor afirma que entre
la enorme cantidad de lenguas que se hablan hoy día (alrededor de unas 6000),
todas están ligadas por su estructura formal y ninguna es más que la otra. De
la misma manera, las variaciones dialectales, dentro de las lenguas, son
desviaciones de lo que se ha llamado “lengua estándar”, (un ideal de lengua). Es
aventurado, entonces, decir que los modismos utilizados o las formas verbales
utilizadas son incorrectos. Así como las lenguas romances evolucionaron a su
manera, las derivaciones dialectales son evoluciones y que tienen su fundamento
en la etnolingüística.
Entonces, ya pueden los “defensores
de la lengua” dejar sus preocupaciones que mientras en un hablante permanezcan
y funcionen los esquemas formales de la lengua, los mecanismos de la
asimilación y las estructuras fonológicas, morfológicas y sintácticas; nada
sustancial habrá cambiado o “deteriorado”. Así que a la afirmación de que
existen variedades dialectales mejores que otras o una pureza del lenguaje, será
mejor no ponderar y leer el texto de Jesus Tusón, El lujo del lenguaje.
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