domingo, 27 de enero de 2013

Ensayo sobre "La Vorágine" de Rivera


 La denuncia social en La Vorágine

Por: Miguel Ángel Pérez


La denuncia social suele atravesar los mutables territorios
 de la literatura y operar como disparador de la reflexión
 crítica que atestigua la peripecia de las sociedades.
Hugo Acevedo

Más allá del complejo perspectivismo de La vorágine (1924) o del intrincado carácter psicológico de los personajes o de la dualidad civilización-barbarie, de gran interés para la crítica literaria, este ensayo resalta el sentido de denuncia social que, a través de la voz de Arturo Cova, con ayuda de Estévanez y Clemente Silva, hace de la explotación de colombianos e indígenas por parte de empresarios, caucheros, extranjeros.

 ¿Y por qué tanto interés en la crítica social, un tema que es recurrente en las obras del Barroco español, del Realismo francés o de la literatura romántica de las Américas? En primer lugar, porque el impacto político causado por una presentación dramática de la vida infrahumana de los esclavos catapulta la obra a un éxito literario inmediato, aún en vigor. Sin duda el tema de la denuncia le da más vigencia a la obra puesto que las injusticias expuestas tenían lugar en las zonas fronterizas de gran conflicto territorial para los gobiernos de Venezuela, Brasil, Perú y Colombia (Menton, 2007). Sin este acierto la obra no habría tenido el mismo impacto, y el esfuerzo de la crítica actual por contrarrestar la idea del canon literario que consideraba a La vorágine como novela “primitiva” hubiese sido sobre una obra que a lo mejor habría quedado enterrada en el tiempo.

El segundo aspecto por el cual se le da una preeminencia a la denuncia social es porque sin ella la crítica literaria, actual, no habría podido dilucidar sobre el carácter bipolar de Arturo Cova, como expone Ordoñez (1988): “Cova es un personaje complejo, contradictorio, ambiguo, criticado, ponderado y rechazado por una larga historia literaria” (439). Todas aquellas deducciones parten del análisis que se hace del relato del poeta aludido. A partir de las narraciones los críticos descubren, en primera instancia, el rechazo de una realidad oprobiosa en las caucherías, referido a través de las voces de Helí Mesa, Clemente Silva y de Rodrigo Estévanez, personajes que imprimen realismo a los relatos dado que el poeta tiene sus episodios de desvaríos en la selva, cosa que desacredita su valor testimonial. De este modo, narra una de los relatos más brutales que es cuando el catire Mesa cuenta su escape de la embarcación de esclavos, en el momento en que se arroja al Orinoco, aprovechando que un caimán devora a una madre enloquecida por el homicidio de su pequeño que ha sido arrojado a las aguas. Es evidente que tan sólo con la descripción del trato inhumano, se alza la voz contra los atropellos que se cometen hacia la vida humana. No obstante, y partiendo de este mismo análisis, en que las descripciones aportan luces sobre el argumento de la obra, Ordoñez plantea en su apartado “Brasas entre espumas” que las descripciones y el trato de Cova hacia los indios delatan a un narrador con una visión parcial y ambigua sobre el tratamiento que ha de dárseles a ellos, (no hay que olvidar que Cova ambiciona ser un rico potentado explotador del Caucho). De esta manera el relato del escritor contiene descripciones de los indígenas como una plaga de asesinos, salteadores y violadores. Incluso la autora resalta, también, el agravio de Cova hacia los nativos señalando el hecho de que ni siquiera se inmuta ante su muerte, como ocurre en el ahogamiento de los maipureños; o su actitud de hombre superior cuando manda flagelar al Pipa por quererse fugar.

Es obvio que Tanto Ordoñez como los demás críticos, que intentan dilucidar sobre la psique de los personajes, tienen que pisar primero el terreno da la crítica social; pues si no reconocen que a través de la narración hay un tono de denuncia, mucho menos podrán hacer aseveraciones sobre la ambivalencia del poeta protagonista. No es posible, entonces, hablar de la actitud indolente de Cova acreditándola a un carácter bipolar si antes de ello no se reconoce a un Cova sensible con la miseria de los esclavizados. Cuando ello ocurre, es posible ahondar en aspectos tales como la interioridad del escritor.

Finalmente, es imperioso resaltar que el trasfondo de aquella denuncia hacia las caucherías, como la Casa Arana, trasciende en el ámbito político al ser una protesta contra un sistema económico precapitalista que oprime a los trabajadores sin lograr una producción estimable, además de crear un impacto ecológico nocivo. No obstante “la selva se defiende de sus verdugos, y al fin el hombre resulta vencido”. (Rivera, 1958, p. 145)



Bibliografía

Menton, Seymour (2007) La novela Colombiana: planetas y satélites. (2ª edición) Bogotá: Fondo de Cultura Económica.

Ordoñez (1988) la vorágine: La voz rota de Arturo Cova. En: “Manual de literatura Colombiana”. (vol 1) Bogotá: Procultura; Planeta Colombiana.

Rivera, José (1958) La vorágine. México: Editorial Diana.

4 comentarios: